Un Vistazo a Vichuquen 2005

Luego de una larga, extenuante, pero a la vez, enriquecedora experiencia que pudimos vivir el grupo en pleno, se puede decir que el desempeno de la Lupetahue fue simplemente… formidable.
A pesar de los problemas – comunes – de la preparacion del campamento, fuimos capaces de demostrarles a todos, que cuando tenemos las herramientas para lograr nuestros objetivos, somos capaces de lograr grandes metas.
Pudimos complementar perfectamente nuestras propias actividades y estar siempre al 100% para lo que las otras unidades, tanto la manada como la ruta, nos pidieran.
Al llegar nos encontramos con un lugar precioso y perfecto para realizar todo lo que, con ganas, teniamos preparado, de inmediato comenzamos con la levantada del campamento y en menos de 2 horas, el lugar ya nos pertenecia.

Ya para el segundo dia teniamos nuestro raid, una relajada caminata a la playa de Llico, una singular localidad de la septima región que nos recibio con los brazos abiertos… luego de una merecida pichanga, que fue, dudosamente ganada por el equipo de Salvi, Gera y compania, nos dimos un merecido descanso en el mar. Luego de una infructuosa busqueda de jaivas, liderada por nacho Cisterna, nos embarcamos de vuelta al campamento; Nadie se imaginaba que al paso de las horas, seriamos todos victimas de una fuerte insolacion.
Al dia siguiente, se nos venia uno de los desafios mas importantes para la ruta… la preparacion del torneo para la manada y la tropa.
Luego de un par de minutos de atraso se dio inicio al torneo, que, con la ayuda de todos, fue del agrado de la gran mayoria.

Luego vino lo que sin lugar a dudas cargaria de magia a la ruta en el campamento, en la noche, una emotiva ceremonia recibio a los ruteros que deseaban dar la promesa, un paso importante en la vida de un scout, sobre todo para los mayores, quienes se comprometen a dar sin esperar recompensa y con la conviccion de hombres libres.


Ya se acercaba el final de nuestra aventura pero venia la parte mas importante de toda la actividad: el paso de los nuevos lobatos a la tropa, y el recibimiento de los nuevos ruteros a la comunidad lupetahue. Con el fogon de testigo los troperos se despidieron de sus amigos, de cuatro años de intensas aventuras, para dar paso a la aplicacion de todas estas experiencias y ayudar a la formacion de un mejor San Jorge, como el Lobo Feroz siempre lo pedia.
En resumen, esperamos que este 2006 sea de cosechas productivas para todos y que seamos todos favorecidos.

Oso Mistico
Enero 2006